Botox

A través de la mirada nos comunicamos y transmitimos todas nuestras emociones. Los ojos, o mejor dicho, la delicada piel que los rodea, es una de las zonas más expuestas al envejecimiento, un proceso que en el área periocular se manifiesta a través de   alteraciones de carácter muy diverso, que roban atractivo y suman años, no sólo a la mirada, sino a todo el rostro.

El baby bótox consiste en inyectar minidosis de toxina botulínica, menos cantidad que en el tratamiento tradicional, en frente, entrecejo y en el área donde se marcan las patas de gallo. La finalidad no es tanto corregir el envejecimiento, sino prevenirlo y prolongar el aspecto joven del rostro. Al suavizar la fuerza de contracción del músculo, se retrasa la formación de la arruga, por eso esta técnica triunfa entre millenials y centennials. 

TÉCNICA ATENEA

Este procedimiento, desarrollado y patentadlo por la Dra, Natalia Ribé, borra las ojeras, revitaliza la mirada y redensifica el área periocular. Consiste en inyectar en la zona, mediante aguja o cánula, un gel de ácido hialurónico, con técnica lineal, retrógrada y en abanico. Se puede aplicar en cualquier tipo de piel y en pacientes que presenten ojeras, surco lagrimal, surco palpebromalar y bolsas malares o palpebrales mínimas. 

En la edición de octubre de NUEVA ESTÉTICA, el Dr. Vladimir Rovira, cirujano plástico y especialista en medicina estética, profundiza en estas cuestiones, y nos explica que cada vez más hombres se interesan por los tratamientos médicos que les permiten borrar los signos de la edad, verse más atractivos y dotar a sus facciones un aspecto más varonil. La respuesta a esta demanda llega, en muchas ocasiones, de la mano del bótox y el ácido hialurónico, que en el caso del varón exigen un modus operandi específico.