La luz azul, que emiten ordenadores, móviles y otros dispositivos electrónicos, puede llegar a provocar cambios en las células de la piel, acelerar el proceso de envejecimiento y provocar alteraciones de la pigmentación, enrojecimiento, hinchazón...
Si el destino es la playa No debemos olvidar que dentro del agua la radiación solar sigue incidiendo en la piel, en concreto el 60 % de los rayos UVB y el 85 % de los rayos UVA
siguen activos hasta una profundidad de 50 cm. bajo la superficie marina. Esto significa que es muy recomendable elegir protectores resistentes al agua y repetir la aplicación aunque estemos más rato dentro que fuera del agua.