En el cuello, el tejido cutáneo es muy fino y el porcentaje de tejido graso, muy bajo. Estas características hacen que a medida que pasan los años, esta zona se vea abocada a sufrir dos alteraciones básicas: disminución del colágeno y deshidratación. Estas son las causas que hacen que la piel del cuello se vea reseca y apergaminada, que el tejido caiga y se descuelgue y que incluso se forme el más que antiestético doble mentón. Mención aparte merece el dato referido al músculo central del cuello: el platisma, que al contraerse, provoca la marcación de pliegues verticales, las archiconocidas bandas platismales.

El Dr. Leo Cerrud señala, además, que la percepción de los más o menos envejecida que se vea una persona está supeditada al aspecto del cuello en un 50% . Y lo demuestran las matemáticas: si dividimos cara y cuello en tres cuartos, el primer cuarto, que engloba frente, ojos y pómulos, equivale al 25%; el segundo se corresponde con la franja que integra mejillas y óvalo facial, y abarca otro 25%. El 50% restante se lo lleva el cuello.

Pero que no cunda el pánico, porque este especialista en medicina estética nos da su receta para revertir de manera eficaz el envejecimiento del cuello: se trata de una sinergia de tratamientos que aportan hidratación, tensión y mejoran la consistencia y el grosor de la piel.

 

Hilos Tensores  Se componen de polidioxanona  y se infiltran en la dermis para conseguir un sutil estiramiento del tejido.

Ácido hialurónico no reticulado Se inyecta con técnica de mesoterapia y aporta hidratación y frescura, además de mejorar el aspecto general de la piel del cuello.. Bioestimulación Con la inyección de un cóctel de vitaminas, minerales, oligoelementos y ácido hialurónico, se estimula la formación de nuevas fibras de colágeno y elastina y se lograr una mejora global que se traduce en un cuello más joven. 

Radiofrecuencia+Ultrasonidos Este dúo tecnológico consigue retensar el tejido cutáneo y corregir la flacidez. 

Inductores de colágeno Para ello contamos con dos sustancias inyectables, expertas en ese cometido: hidroxiapatita cálcica y policaprolactona.

Terapias reductoras Para disolver el doble mentón se pueden meso-infiltrar activos lipóliticos o inyectar una combinación de péptidos, que desencadena el proceso de lipólisis.