SUSCRÍBETE

8 Revistas      

%title

ACTIVOS COSMÉTICOS QUE SE LLAMAN CASI IGUAL PERO TIENEN PROPIEDADES DISTINTAS

Por Nueva Estética

¿Te dicen retinal y para ti es lo mismo que el retinol? Pues estás muy equivocada y, seguramente, no solo te pase con este ingrediente…

 


La A que influye en que algo no dé acné

Llevamos años oyendo hablar del escualeno y del escualano y, para muchos, es lo mismo. Pero no, no te confundas, esa E que cambia a A es esencial. “Ambos son nutritivos y una forma lipídica que ayuda a restaurar la barrera de la piel para evitar que pierda hidratación. También, al ser afín a la barrera de la piel, los productos ricos en escualeno o escualano suelen penetrar más fácilmente, porque la piel los comprende como propios”, comenta Bella Hurtado, directora técnica de Boutijour. Hasta ahí todo bien, pero resulta que el escualano con A es mucho mejor que su hermano -con E-.“Mientras que el escualeno puede resultar comedogénico, es decir, promover la aparición de granitos, con el escualano esto no ocurre. Ambos refuerzan la barrera de la piel, pero uno ofrece muchos menos efectos negativos que el otro”, añade Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD. 

 

Retinol y retinal, unos hermanos muy diferentes

Que son familia, eso es innegable, pero no son iguales y, aunque quizás llamabas retinol a todo, desde hace años el retinal -con A de asombroso- es un familiar mucho más guapo, apuesto e inteligente, es el superdotado de la familia. “Ambos son regeneradores de la piel y mejoran la síntesis de colágeno y elastina, además de renovar desde capas profundas trabajando a nivel celular. Esto hace que los retinoides sean el estándar de oro a nivel antiedad para revelar un rostro más firme, uniforme, con menos arrugas…”, defiende Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8, quien añade que  “sin embargo, el retinal requiere un paso metabólico menos para convertirse en la molécula que realmente es activa en la piel. Esto es esencial, porque influye en que sea 11 veces más rápido que el retinol, por lo que se convierte en el nuevo favorito antiedad. También es un gran antiacné, ya que es el único retinoide que es antibacteriano”, explica.

 

La vitamina C, con más apellidos que un conde

Llegas ante un suero o una crema y lees que lleva vitamina C y ya te hacen los ojos chiribitas, pero echa el freno. Llama a un experto para que te explique y aprenderte el nombre de la que más te conviene.  “Con la vitamina C es muy importante dejarse aconsejar, porque no todas son iguales y cada una es mejor para una piel y para una preocupación”,  argumenta Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode, quien añade:  “decimos que tiene muchos apellidos porque, además de la vitamina C pura, la cual suele tener más contraindicaciones, hay muchos derivados estables. Desde las sales y los glucósidos de vitamina C a los ésteres o los etilados… las primeras suelen ser mejores para pieles sensibles o proacneicas, los ésteres para pieles más secas y las terceras para quienes ya tienen la piel entrenada en vitamina C, porque suelen ser más potentes”.

 

Láctico y lactobiónico: no tan parecidos

Esto quizás ya es para Beauty junkies de verdad, pero es que últimamente se habla mucho de un ácido exfoliante, de nombre lactobiónico, y sus primeras sílabas llevan a confundirlo con otro que tenemos más interiorizado, el láctico. Como ocurre con el retinol y el retinal, láctico y lactobiónico son hijos de una misma madre, pero como sucede con los hermanos, cada cual tiene unas cualidades. “Ambos se obtienen por una oxidación de la lactosa. En este proceso, salen dos tipos de sustancias, una de moléculas mayores, el ácido lactobiónico, y otra de moléculas inferiores, el láctico”, comenta Natalia Abellán, directora técnica de Ambari. “Imaginemos que exprimimos de una naranja y de ella salen, por un lado, la pulpa, y por otro el jugo”, añade la experta para que podamos entenderlo más fácilmente. Sin embargo, el resultado es bastante diferente con cada uno de ellos, tanto que ambos ácidos se catalogan como diferentes en el índice cosmético. “El ácido láctico penetra más y además de exfoliar tiene capacidad hidratante. El ácido lactobiónico tiene moléculas mucho mayores, lo que hace que penetre menos y, aunque exfolia, es mucho más suave con la piel. Por ello, el láctico es para pieles en condiciones normales, mientras que el ácido lactobiónico suele recomendarse en pieles más sensibles”, especifica Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.

 

NOTICIAS RELACIONADAS