¿Sabías que cada centímetro cuadrado de nuestra piel contiene casi un millón de bacterias? A pesar de la persecución a la que los hemos tenido sometidos, la gran mayoría de los microorganismos que viven dentro y sobre nuestro cuerpo son comensales no patógenos. Eso quiere decir que nos aportan variabilidad genética y realizan funciones que las células humanas no son capaces de llevar a cabo ellas solas.