Las diferentes terapias que tiene a su alcance la medicina para hacer frente al cáncer en sus diferentes manifestaciones son cada vez más eficaces; una esperanzadora noticia que es aún más positiva si tenemos en cuenta que también se está avanzando para que las secuelas físicas, especialmente de la quimio y la radioterapia sean también menores. Sin embargo, algunos efectos secundarios siguen siendo inevitables y suponen una fuente de malestar, que es necesario aliviar para mejorar la calidad de vida del enfermo y su estado de ánimo.