La mala alimentación y el sedentarismo, unido a las prisas y el estrés conforman el cóctel perfecto, que aboca a la sociedad occidental a sufrir problemas de peso, que muchas veces acaban convirtiéndose en obesidad. Según datos de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) uno de cada cuatro jóvenes en España padece sobrepeso.