Todo esto lo cuenta David Hamilton, doctor en química orgánica, quien en una entrevista reciente publicada en el periódico La Vanguardia, explica que ser amables, como filosofía de vida, nos hace sentir bien, porque la serotonina actúa en la amÍgdala encargada de reducir el estrés, la ansiedad y la tristeza, y nos vuelve más resilientes.