Si pensamos en el running, automáticamente nos vienen a la cabeza imágenes de gente saludable, joven y en forma. Pero lo cierto es que no hay que abusar. En pequeñas dosis, este deporte reduce en un 30% el riesgo de mortalidad, pero el daño ocasionado por el aumento de los radicales libres generados por el ejercicio de alta intensidad y el running de largas distancias induce al estrés oxidativo y envejece la piel a un ritmo acelerado, según diversos estudios.