Con el uso más generalizado de las mascarillas protectoras de tipo FFP2, cada vez es más común que después de llevarla durante horas aparezcan marcas sobre las mejillas y un empeoramiento de las bolsas debajo de los ojos. La piel está más rígida y se nota una importante falta de elasticidad y la culpa la tiene la pérdida de elastina, que es la proteína responsable de devolver a la piel su aspecto normal después de la presión mecánica que ejercen las mascarillas.