La ingesta de agua debe contemplarse antes, durante y después del ejercicio, porque en cada etapa asocia diferentes beneficios.
Así, hay que empezar a beber agua antes del entrenamiento, para poner el cuerpo en óptimas condiciones. La cantidad depende de la intensidad y duración del ejercicio. Como referencia: antes de un entrenamiento estándar, de una hora a ritmo medio, la recomendación sería ingerir medio litro de agua, una hora antes.