Estas criaturas microbianas se encargan de salvaguardar la piel y están íntimamente comprometidas con su belleza. Si la microbiota cutánea está equilibrada, la piel también lo está, y se ve sana uy bonita. Por el contrario, si está desequilibrada, por cambios de temperatura, rayos UV, antibióticos, productos cosméticos mal recomendados, desmaquillantes agresivos, o la contaminación, la piel pierde confort y luminosidad y puede presentar enrojecimientos y otras imperfecciones.