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TECNOLOGÍA DE PLASMA: MÁXIMA RETRACCIÓN CUTÁNEA

Por Nueva Estética

A medida que avanza el envejecimiento la capa dérmica se va adelgazando, debido a que la piel produce cada vez menos colágeno y las fibras de elastina que proporcionan elasticidad al tejido se van desgastando. Estos cambios en la estructura cutánea son los responsables de la aparición de la flacidez, pero al margen de este proceso natural, existe otro detonante que acelera de manera muy evidente el descolgamiento: la pérdida importante de peso, especialmente si se produce en tiempo récord. Y es que los adelgazamientos exprés provocan un descenso importante de las reservas colágeno y elastina. Actualmente, con la entrada en escena de medicamentos como Ozempic, que propician la pérdida de volumen graso, es cada vez más habitual recibir en consulta a pacientes, encantados por haber bajado de peso, pero preocupados por la flacidez sobrevenida que ello ha provocado. 

 

 



En la edición de abril de la revista NUEVA ESTÉTICA, el Dr. Carlos Gómez, especialista en medicina estética, se centra en este problema y explica que esta pérdida de elasticidad es generalizada y afecta al rostro, brazos, cara interna de muslos, brazos y abdomen, donde la piel flácida puede llegar incluso a ocultar el ombligo. Y es justo en la zona abdominal donde el Dr. Gómez está consiguiendo una retracción cutánea extraordinaria, a través de la técnica de sublimación cutánea con tecnología plasma. 
 
El plasma corresponde al cuarto estado de la materia, un agente que en medicina se aplica a través de dispositivos que transmiten un flujo de electrones, generador de un gas parcialmente ionizado. La aplicación del plasma se realiza a través de una boquilla, sin llegar a tocar la piel. Su acción terapéutica deriva de un aumento de temperatura, que vaporiza la epidermis, induce un efecto de contracción instantáneo y con ello la sublimación del tejido. Asimismo, al impactar el plasma en la piel provoca la formación de pequeñas heridas, lo que implica la puesta en marcha del proceso de regeneración, que se salda con el estímulo de los fibroblastos y el consecuente aumento de las reservas de colágeno. Dado que el proceso de neocolagénesis culmina a lo largo de unas semanas, la mejora de la tersura y firmeza cutánea se va asentando de manera progresiva.
 
 
Encontrarás el reportaje TECNOLOGÍA DE PLASMA: MÁXIMA RETRACCIÓN CUTÁNEA
en la edición de abril de NUEVA ESTÉTICA.
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