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QUÉ ES EL MANTO ÁCIDO DE LA PIEL Y CÓMO PROTEGERLO

Por Nueva Estética

El manto ácido es una fina película que descansa sobre la epidermis, una parte fundamental en la función barrera de nuestra piel, compuesto por lípidos de las glándulas sebáceas mezclados con aminoácidos del sudor. Junto con el microbioma, forma parte de la delicada matriz que crea una barrera cutánea saludable. Su principal función es mantener lo bueno dentro, como la humedad, y lo malo fuera, como las bacterias y la contaminación.

 


Funciones del manto ácido
 
La razón por la que nos preocupamos tanto por esta capa es que tiene algunas funciones bastante importantes, como la de proteger la piel de las bacterias patógenas, mantener la humedad o ayudar al florecimiento del microbioma. Sabremos si nuestro manto ácido está dañado si notamos el cutis seco y escamoso, enrojecido y sensible, o si vemos signos de envejecimiento prematuro, que puede deberse a una alteración del pH o porque esta barrera lipídica ha sido eliminada por productos abrasivos: “Como primera línea de defensa de la piel, el manto ácido entra en contacto con bastantes agresores potencialmente dañinos, así como con jabones, limpiadores, sulfatos o fuertes tensioactivos que hacen que el pH se altere y dañe. También influyen la sobreexfoliación, los contaminantes y la edad”– nos cuenta Esperanza Sáenz, responsable de imagen de la firma cosmética sevillana Nezeni Cosmetics.
 
Cómo protegerlo
 
Lo positivo, es que el manto ácido se repara a sí mismo rápidamente. Para ello, debemos también eliminar los limpiadores agresivos y priorizar las fórmulas naturales y respetuosas con el cutis como muchos limpiadores bifásicos y desmaquillantes, aceites o aguas micelares, siempre con ingredientes naturales, sin sulfatos agresivos y con muy pocos conservantes: “También es buena idea reevaluar la frecuencia con la que te lavas la cara, que puede ser tan malo como un limpiador facial o corporal fuerte, o lavarse más de lo necesario. Lo normal sería lavarse siempre la cara al levantarse y antes de acostarse, el resto depende de las necesidades de la piel. Y por supuesto, el rostro se debe secar de forma suave, no frotando”, aconseja Esperanza Sáenz.
 
También es importante elegir bien el exfoliante, teniendo en cuenta que debe hacerse lo justo para aumentar la renovación celular y revelar una piel nueva y fresca, y utilizar cremas hidratantes que apoyen la barrera: “Hay que fijarse en que lleven ceramidas, aceites vegetales como los de sésamo y jojoba, ácido hialurónico, antioxidantes y manteca de karité así como prebióticos y probióticos, que son especialmente útiles en las partes del cuerpo que lavamos con más frecuencia y por tanto, más vulnerables a dañar el manto ácido”.
 

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