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MENOPAUSIA Y CHIP HORMONAL: VIVIR UNA SEGUNDA JUVENTUD

Por Nueva Estética
Con la llegada de la pre-menopausia y la entrada en menopausia el cuerpo sufre cambios endocrinos muy drásticos, que provocan un importante desbarajuste hormonal, que trae consigo alteraciones físicas, fisiológicas, emocionales y psicológicas. Esta afectación a gran escala pone fácilmente patas arriba la vida de la mujer, ya que las alteraciones que pueden llegar a aparecer bien podrían describirse como un suma y sigue. Así, a las manifestaciones de carácter físico, como sofocos, sequedad en piel y mucosas o tendencia a ganar peso, por citar sólo tres, se suma una avalancha de síntomas psico-emocionales, que de acuerdo con los expertos, pueden incluir cambios de humor, insomnio, propensión a las crisis de llanto, desmotivación, apatía, aumento de la inseguridad, falta de autoestima, tendencia a la dismorfofobia y al sobre-tratamiento estético, trastornos de la conducta alimentaria, apatía, irritabilidad, melancolía, depresión, empeoramiento de enfermedades mentales preexistentes...  Efectivamente: las hormonas juegan un papel trascendental en el estado de ánimo.
 


En el número de septiembre de NUEVA ESTÉTICA, dentro del completo reportaje que hemos dedicado a la menopausia, el Dr. Luis L. Tallaj, cirujano plástico, estético y especialista en medicina antienvejecimiento, explica cómo hacer frente a toda la sintomatología que trae consigo esta etapa en la vida de la mujer, a partir de un protocolo integral. Este abordaje parte de un diagnóstico personalizado e incluye cambios en los hábitos alimentarios, toma de suplementos, como magnesio, vitamina D3,  melatonina,  metformina..., apoyo psicológico y suplementación hormonal. Y aquí es cuando entra en escena el chip de la juventud©, un micro-implante subcutáneo, que incluye testosterona vegetal, en concreto, una molécula bioidéntica a la femenina, derivada del ñame, tubérculo con beneficios probados científicamente a nivel hormonal y de cortisona.
El hecho de decantarse por la testosterona en vez de por lo estrógenos, la primera gran diferencia que se plantea respecto a la terapia hormonal sustitutiva tradicional, es porque, contrariamente a lo que se pueda creer, ésta no es una hormona exclusivamente masculina, ni mucho menos. Hoy se sabe que los niveles de testosterona a lo largo de la etapa fértil de la mujer triplican a los de los estrógenos y se ha probado que su descenso drástico es el que desencadena los principales síntomas ligados a la menopausia.
Otra diferencia importante es que en este caso no se emplean hormonas sintéticas, sino que se opta por un activo que al ser de origen vegetal garantiza un comportamiento bio-idéntico al de la testosterona femenina. 
 
 
 
Lee el completo reportaje MENOPAUSIA, VIVIR LA MADUREZ EN PLENITUD en la edición
de septiembre de NUEVA ESTÉTICA.
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