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MEDICINA ESTÉTICA: RECOMENDACIONES QUE SE DEBEN SEGUIR EN VERANO
Por Nueva Estética
Hay ciertos tratamientos de medicina estética que sensibilizan la piel, por lo que es conveniente no realizarlos durante los meses de verano. Otros muchos sí que pueden programarse durante los meses de calor, aunque es cierto que en muchos de estos casos es recomendable extremar los cuidados, especialmente en lo que se refiere a la exposición al sol de la zona tratada. El especialista en medicina estética, Dr. Antonio Carvajal, repasa una por una las terapias más demandadas en su consulta de Oviedo, y nos explica cuáles recomienda realizar en verano y cuáles no, y qué precauciones convienen tener presentes al recurrir a la medicina estética en los meses en los que más aprieta el sol.
NEUROMODULADORES
Existe la creencia de que el efecto de los neuromoduladores disminuye en verano, cuando en absoluto es así. Además, éste es uno de los tratamientos más recomendables de cara al periodo estival, porque la exposición al sol hace que aumente la mímica facial, lo que favorece la formación de líneas de expresión, justo lo que previenen los neuromoduladores.
Respecto a la duración de los efectos de las inyecciones de toxina botulínica dependen de cada paciente y de la fuerza de contracción de sus músculos, y en ningún caso de la época del año en la que se realice el tratamiento, ni siquiera por realizar un movimiento más repetitivo en un momento dado.
RELLENOS INTRADÉRMICOS
Se pueden inyectar fillers en verano, aunque el Dr. Carvajal recomienda evitar la exposición solar las primeras 24-48 horas, ya que si se abusa del sol puede aumentar la inflamación. Pasado este breve periodo de tiempo se puede tomar el sol con normalidad, es decir con la protección adecuada.
MESOTERAPIA CON VITAMINAS
Esta mesoterapia facial de acción revitalizante asocia cierto riesgo de aparición de hematomas, debido a la técnica de inyección que se utiliza. Si se forma algún morado no se debe tomar el sol, para disminuir al máximo la posibilidad de aparición de pigmentaciones en la piel.
Si no aparece ningún hematoma, las recomendaciones son las mismas que para los rellenos dérmicos.
PEELINGS QUÍMICOS
La primavera y el verano no son el mejor momento del año para realizarse un peeling químico, ya que la piel va a estar mucho más expuesta y sin la protección de la capa cornea.
En caso de realizarse, los cuidados dependerán del tipo de piel y sobre todo del tipo de peeling. Sea como sea, es importante que antes de exponer la piel al sol o a factores irritantes, como agua salada y cloro, el tejido se haya recuperado, para lo que es muy útil la aplicación de cremas regeneradoras.
TRATAMIENTOS CORPORALES
Los tratamientos de remodelado corporal, encaminados a tratar celulitis, flacidez y grasa acumulada pueden realizarse en verano, pero hay que tener en cuenta que sus efectos se ven a medio plazo. Esto significa que requieren cierto número de sesiones, y que si se quieren ver los beneficios en verano conviene empezarlos con cierta antelación.
Especial atención merecen los procedimientos para eliminar las varices. En estos casos el problema no es el calor en sí, sino la exposición al sol, que debe evitarse durante los primeros 3-5 días posteriores al tratamiento.
TRATAMIENTO IDEAL EN VERANO
En verano son muy recomendables las terapias médico-estéticas encaminas a mejorar la calidad de la piel, restablecer sus niveles de hidratación y prepararla para las agresiones propias de la temporada estival. En este sentido, el Dr. Antonio Carvajal propone el tratamiento Skin Quality, que a través de infiltraciones de ácido hialurónico consigue recuperar y optimizar las funciones cutáneas desde el interior, renovar y regenerar la dermis, suavizar las arrugas finas y aportar mucha luminosidad. Basta una sesión, que conviene repetir cada 10-12 meses.
MEJOR EN INVIERNO
Las terapias que asocian la ablación del tejido, como ciertos láseres y luz pulsada, deben agendarse en otoño o invierno. Estos tratamientos eliminan las capas más superficiales de la piel y la dejan muy expuesta, hasta que culmina el proceso de reparación y regeneración que pone en marcha la propia piel.