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MEDICINA ESTÉTICA: ¿DEJAN RESIDUOS LOS FILLERS INTRADÉRMICOS?

Por Nueva Estética
El carácter reabsorbible de los rellenos de ácido hialurónico siempre se ha subrayado como una cualidad positiva, ya que certifica la biocompatibilidad del material y permite ir adecuando los tratamientos a la evolución que presentan cada rostro conforme va envejeciendo. Sin embargo, últimamente, a raíz de la conversación que dos conocidas influencers tuvieron en RRSS, se está poniendo en duda que estos fillers realmente desaparezcan por completo. La Dra. Mª Ángeles López Marín, experta en medicina estética y directora del Centro Médico Rusiñol, aclara todas las dudas que se han generado y reafirma la seguridad y eficacia de estos inyectables. 
 
 
 


Sobre su uso seguro y la posibilidad de que los rellenos de ácido hialurónico dejen o no residuos en el organismo, la Dra. López Marín se muestra tajante: aplicados siguiendo la técnica adecuada y eligiendo fillers con la reticulación correcta, según la corrección que se quiera abordar, no dejan residuos en la piel. Tal como continúa explicando, el AH puede emplearse para aportar volumen en zonas que lo precisan, como pómulos o mentón, y una vez inyectado induce la producción de colágeno y elastina, lo que se traduce en un valioso impulso bioestimulante. Eso sí, conforme pasa el tiempo el aumento de volumen se pierde y el ácido hialurónico se va reabsorbiendo, sin que queden residuos. Que se cumpla este proceso es fundamental para rejuvenecer y revitalizar el tejido, sin que se asocien efectos secundarios negativos.
 
La clave está en la correcta prescripción y administración del material inyectable. Hoy, existen rellenos de diferente densidad y reticulación y hay que saber cuál es el adecuado para tratar las diferentes áreas del rostro, qué técnica de inyección seguir y en qué plano anatómico depositarlo. Esta precisión asegura que el tratamiento sea efectivo y duradero, sin dejar rastros no deseados.
Por ejemplo, entre otras diferentes opciones, existe un hialurónico específico para los labios, que debe depositarse en planos superficiales, y otro diseñado para tratar el área de los pómulos, que presenta una reticulación más alta, y que se inyecta en un plano más profundo. 
Los rellenos intradérmicos, siempre que estén bien administrados, tienen una duración transitoria, no dejan residuos una vez se reabsorben y, por lo tanto, no asocian una huella estética negativa, sino todo lo contrario. Todo lo dicho demuestra, y la doctora así lo corrobora, que la medicina estética es una profesión que demanda años de estudio, formación y especialización.