SUSCRÍBETE

8 Revistas      

%title

LIFTING JAPONÉS

Por Nueva Estética

Este masaje rejuvenece la piel y redefine el óvalo facial. pero es mucho más que eso... el lifting japonés es una terapia neurosensorial que "pone en sintonía" la energía vital del organismo.

 


Del legendario oriente nos llega esta extraordinaria técnica de efecto lifting que modela las facciones faciales, levanta los rasgos y otorga densidad a los tejidos, permitiendo que la piel del rostro adquiera mayor luminosidad, esplendor y vitalidad. ¿Cómo? Gracias a la estimulación de ciertos puntos de acupuntura, relacionados además con la salud física y mental.También conocido como cosmolift japonés, este método de rejuvenecimiento facial se basa en diferentes técnicas de reflexología facial. El terapeuta lleva a cabo una importante estimulación muscular, efectuando sobre el rostro lo que podría llamarse una “verdadera gimnasia facial”. Pero, tal y como hemos adelantado antes, este masaje no actúa solo sobre el rostro, pues con sus maniobras el profesional consigue incidir sobre el resto del organismo, aportando sensación de bienestar y relajación, trabajando incluso el plano emocional.

 
dar en el punto exacto… En el rostro tenemos representadas una serie de puntos y zonas que actúan sobre el sistema nervioso central, y otros puntos y zonas que están relacionados con el circuito eléctrico de los meridianos. Esta compleja red interna regula muchos de nuestro procesos corporales. El objetivo del lifting japonés es estimular manualmente estas zonas reflejas para regular los órganos vitales, restablecer el equilibrio hormonal y normalizar el sistema nervioso. Posteriormente, el terapeuta trabaja los puntos de acupuntura del rostro, relacionando las líneas de los meridianos que unen los puntos y las zonas de la reflexología, con el sistema nervioso central. Al trabajar la musculatura se consigue activar la circulación sanguínea y disminuir las tensiones musculares.
 
Es imprescindible que el terapeuta que vaya a abordar este tratamiento domine los conceptos propios de la reflexología facial. Ello le permitirá detectar los desequilibrios que sufre en ese momento la persona, por lo que podrá estimular los puntos precisos para subsanarlos, además de lograr un rejuvenecimiento visible. Y es que con el lifting japonés se llegan a estimular hasta 21 puntos de acupuntura, localizadas en rostro, cabeza y cuello.
 
Existen cuatro puntos reflejos sobre los que es recomendables incidir de manera especial, ya que con ello lograremos una acción recíproca: elevar el estado de ánimo y mejorar la calidad de la piel. Dichos puntos son los siguientes:
 
Punto reflejo correspondiente al estómago Localizado en la línea que parte de la mitad del ojo hasta el pómulo, Ayuda a relajar la mente de las personas que tienden a preocuparse en exceso. Ello hace que desaparezca la tensión en los rasgos y el rostro se muestre descansado y relajado.
 
Punto reflejo de la vesícula Situado en el rabillo del ojo. Aclara la mente y aporta luz a la mirada.
 
Punto correspondiente a la vejiga Se localiza en el nacimiento de la ceja. Favorece la reflexión y la claridad mental y aporta brillo a los ojos.
 
Punto relacionado con el colon Está junto a las aletas nasales. Ayuda a olvidar experiencias desagradables, relaja la tensión concentrada alrededor de las labios, por lo que repercute positivamente en la desaparición de las arrugas del código de barras.
 
Gimnasia facial 
La caída de la musculatura facial puede hacernos perecer más mayores que las propias arrugas. Y aunque con las gesticulación se ponen en movimiento los distintos músculos del rostro, cabe decir que los ejercitamos poco. Esta falta de ejercicio hace que los tejidos pierdan gran parte de su tonicidad. Con el lifting japonés, el terapeuta lleva a cabo una serie de maniobras de estiramiento que vuelve a “poner en forma” la musculatura. De esta forma se fortalecen los tejidos y se previenen los signos visibles del envejecimiento. Estos estiramientos ejercen una gimnasia mecánica muscular.
 
Sistema hormonal “en orden”
El lifting japonés se basa en que el cuerpo humano es una unidad que viene regulada por las conexiones entre el sistema nervioso central, el sistema hormonal y los meridianos, encargados de canalizar la energía. Pero, indiscutiblemente, son las hormonas las que tiene un protagonismo predominante a la hora de regular este complejo circuito corporal. Es por ello que la reflexología facial y el lifting japonés tienen muy en cuenta el papel de las mismas, pues estas sustancias químicas son capaces de alterar el funcionamiento de los distintos órganos que conforman el cuerpo humano, los diferentes sistemas del organismo e incluso la piel.
 
En el momento que a través de la digitopresión se estimula un punto reflejo relacionado con una glándula hormonal, se pone en funcionamiento un mecanismo que consiste en la activación de dicha hormona que al ser segregada viaja a través del torrente sanguíneo y otros líquidos humorales, alcanzando el órgano o sistema que regula. De este modo se provoca una reacción en cadena, que no es más que la respuesta al estímulo reflejo. Es importante recordar que las alteraciones hormonales repercuten negativamente en el estado emocional, lo que a su vez incide en la expresión que transmite el rostro y en el estado de la piel: la hipófisis, responsable del correcto funcionamiento del tiroides y el metabolismo celular, el hipotálamo, que controla el crecimiento, regula la temperatura corporal y estimula la fertilidad; paratiroides, hormona que controla el metabolismo del calcio; páncreas, encargado de la conversión de la glucosa en glucógeno y viceversa, y hormonas suprarrenales, relacionadas con el metabolismo del agua, iones y glúcidos.
 
Rostro… espejo de emociones Antes de comenzar con las maniobras de digitopresión, se debe observar atentamente la piel del rostro; alteraciones en la tonalidad cutánea, palidez, congestión, aumento de la vascularización… todos ellos son indicios que alertan de la existencia de desequilibrios internos. Evidentemente, el tacto también juega un papel importante en el diagnóstico, ya que palpando el tejido la profesional podrá localizar los bloqueos energéticos, origen de las alteraciones y de la aparición de signos de envejecimiento. No olvidemos que el rostro es la zona de la anatomía humana que mejor y más claramente refleja tanto las alteraciones físicas como las psíquicas.
 
También para combatir el estrés… El estrés es un factor que repercute en todo nuestro organismo y provoca síntomas de naturaleza muy diversa, desde dolores de cabeza hasta depresión, pasando por alteraciones en la piel, problemas digestivos  molestias musculares y articulares. El lifting japonés resulta muy efectivo para aliviar todas estas manifestaciones y rebajar los niveles de estrés. Para transmitir esta sensación de bienestar es básico predisponer a la cliente para que se relaje y se deje llevar por las delicadas maniobras de masaje.
 
Combinación de técnicas 
 
Para potenciar resultados, una buena estrategia es asociar el lifting japonés a distintas metodologías de trabajo, como por ejemplo la reflexología facial o el Dien Chan, también conocido como ciberterapia.
 
Dien Chan Es una metodología de 3.000 años de antigüedad que proviene de Vietnam y que permite regular el sistema hormonal, potenciando a la vez los sistemas de defensa del organismo. Dependiendo de las necesidades del cliente, una alternativa eficaz es finalizar la sesión de lifting japonés con distintas maniobras de Dien Chan, de esta manera se consigue mejorar el aspecto del contorno de los ojos, ya que se combate la caída de los párpados, se mitigan arrugas profundas y se eliminan bolsas y ojeras. También se obtienen excelentes resultados en la zona del contorno de los labios o el doble mentón. Además de frenar el envejecimiento, contrarresta el enrojecimiento, la irritación o la inflamación cutánea. Asimismo es ideal para pieles grasas, hiperpigmentaciones, acné, rosácea… 
 
Reflexología facial De la misma forma se puede combinar el lifting japonés con la reflexología facial. Esta “pareja de técnicas” permite regular el exceso de sebo en los cutis grasos, combatir las arrugas, eliminar impurezas, estimular la microcirculación y aportar suavidad, hidratación, nutrición, flexibilidad y tersura a la piel. Asimismo, al activar el sistema hormonal, es posible actuar sobre las manchas producidas por el fotoenvejecimiento. Esta disciplina se basa en la estimulación de los puntos reflejos localizados en el rostro, con el fin de activar el correcto funcionamiento de los procesos fisiológicos en todo el organismo. Asimismo, este método se ve influenciado por otras terapias, como la digitopresión, los conocimientos de anatomía moderna, con los que se logra la estimulación de los puntos neurológicos, la acupuntura, la craneopuntura, acupuntura cerebral, faciopuntura y rinofacialpuntura. A través de la estimulación con reflexología facial es posible actuar y estimular la liberación de endorfinas. También provoca la liberación de serotonina en el mecanismo de la emisión de impulsos, así mismo actúa sobre el estado emocional y mental. De esta forma, se considera que la reflexología facial tiene el mismo efecto que la acupuntura, pero con la posibilidad de estimular todo el organismo de forma global y al mismo tiempo. La sesión de reflexología facial comienza con un análisis de palpación, en el que se explora el tejido de las diferentes zonas del rostro, más concretamente, unos engrosamientos que se denominan depósitos, localizados en las siguientes áreas:
 
Epidermis, donde se recogen las sensaciones de tacto y el dolor.
 
Dermis, donde se recogen los estímulos de temperatura, calor y frío.
 
Hipodermis, donde los receptores son sensibles a la presión. En este nivel se localizan los depósitos más importantes.
 
Decimos que un depósito refleja el desequilibrio entre el órgano y la zona que representa. El grosor del tejido revelará al terapeuta si existe o no acumulación de depósitos. Este análisis de palpación permite desarrollar un tratamiento personalizado, centrando las maniobras a las necesidades de la persona. Observando las arrugas y pliegues en el rostro, es posible determinar el estado de degeneración de un órgano correspondiente a la zona respectiva. Según la fisonomía, el estudio de personalidad y carácter a través del rostro, se realizará un tipo de sesión u otro. Podría decirse que la arrugas y pliegues tienen un significado psicológico. Aunque el número de sesiones recomendadas dependerá de la edad y del estado de cada piel, en una sola sesión se pueden obtener resultados satisfactorios.
 
Acción lift
 
La piel adquiere una luminosidad y un brillo renovados.
 
Se difuminan arrugas y líneas de expresión.
 
La musculatura facial se reposiciona y se corrige la flacidez.
 
Aumenta la densidad y la tonicidad del tejido cutáneo.
 
Los rasgos se relajan y el rostro se muestra descansado.
 
La mirada es más fresca y juvenil.
 
Se alcanza una sensación total de calma y relajación.
 
Se eleva el estado de ánimo.
 
Mejora y se prolonga la buena salud.
 
El organismo disfruta de una energía renovada.