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LÁSER - LUZ PULSADA – LED: FOTOTERAPIAS DE ALTO RENDIMIENTO

Por Nueva Estética

El láser y la luz pulsada intensa, seguidos de cerca por la luz LED, han revolucionado la estética, la dermatología y la medicina estética en poco más de dos décadas. Desde entonces se han ido produciendo continuos avances y mejoras, que explican que, a día de hoy, su eficacia y seguridad estén fuera de toda duda. En el Dossier Técnico LÁSER-IPL-LED, que incluimos en la edición enero-febrero de NUEVA ESTÉTICA, te invitamos a adentrarte en el universo de estas tecnologías, que corrigen un sinfín de alteraciones cutáneas, mediante el uso de la luz, y a conocer los equipos que las aplican de manera más eficiente, segura y con mejores resultados.

 



La primera característica destacable de estas energías lumínicas es su extraordinaria versatilidad: el láser y el IPL se emplean para rejuvenecer la piel, hacer desaparecer manchas, borrar tatuajes, eliminar el vello..., mientras la tecnología LED, a través de un extraordinario poder bioestimulante, que se focaliza en el interior del tejido, trata el acné, impulsa la producción de colágeno, unifica el tono, impulsa del trofismo celular, atenúa pigmentaciones cutáneas... La diferencia fundamental entre ellas, es que la energía LED actúa sin provocar aumento de calor, mientras las otras dos deben su acción terapéutica a un shock térmico que se localiza en diferentes profundidades y estructuras cutáneas.
 
LÁSER Es una radiación electromagnética, transmitida a través de un haz de luz pura, coherente y monocromática, lo que significa que las ondas tienen todas el mismo tamaño y color y siguen la misma trayectoria de emisión. Una vez entra en contacto con la piel, el láser se desdobla, de modo que uno de sus segmentos se dispersa, mientras el otro se absorbe, para depositar elevadas dosis de energía en el interior del tejido, lo que
provoca un aumento de temperatura instantáneo. El resultado específico de este choque térmico depende de los parámetros de aplicación del equipo: potencia, energía, intervalo de emisión entre los pulsos, duración de cada uno y, muy especialmente, de la longitud de onda. Esta variable se mide en nanómetros (nm.) y corresponde a la banda de emisión del espectro electromagnético. Cuanto más elevada es la longitud de onda, mayor es la penetración de la luz en la piel. En definitiva, la longitud de onda es el parámetro que determina qué estructura absorberá la luz del láser y qué beneficio derivará de ello. Estas estructuras se conocen como cromóforo-diana, y varían según el tratamiento: en el rejuvenecimiento cutáneo, eliminación de cicatrices y marcas de acné el cromóforo que absorbe la luz es el agua; en terapias de fotodepilación y eliminación de manchas, el impacto se produce en la melanina y en los tratamientos para eliminar varices la estructura diana es la hemoglobina.
 
LUZ PULSADA INTENSA  El mecanismos de acción de esta tecnología es idéntico al láser: la luz pulsada intensa (IPL) impacta en una estructura cutánea determinada, donde provoca un aumento de calor, lo que desencadena diferentes beneficios estéticos: desaparición de manchas, rejuvenecimiento, eliminación del vello… Pero atendiendo a su modo de propagación, presenta diferencias respecto al láser. Así, el IPL no se transmite en línea recta, sino que sigue diferentes trayectorias, y además adquiere diferentes colores, lo que significa que se emite en diferentes longitudes de onda, dentro de un rango que oscila entre los 950 y 1.200 nm. Estas cualidades explican que a priori sea una fototecnología más versátil, ya que la emisión en diferentes longitudes de onda amplía las prestaciones de los dispositivos IPL. La contrapartida en favor del láser es que éste es más preciso y exacto. Decantarse por uno u otro  atendiendo a criterios de efectividad no tiene demasiado sentido, ya que ambos son eficaces. La elección entre láser e IPL debe hacerse atendiendo a las características de la piel o del vello, a la naturaleza del inestetismo que se tenga que tratar y a la evolución observada a lo largo del tratamiento.
 
LUZ LED Al igual que el láser y el IPL, la luz LED es una energía electromagnética, pero su modo de acción es diferente, ya que no actúa a través de un efecto calor. Partiendo de esta base, la característica principal de esta luz atérmica es su poder único para estimular los procesos biológicos en los diferentes estratos cutáneos. Ello lo consigue a través del fenómeno conocido como estimulación celular fotodinámica. La fototerapia LED se puede emitir a través de lámparas, equipadas con paneles de diodo, o bien a través de máscaras que se colocan sobre el rostro. En ambos casos, los diodos transmiten la luz en bandas muy estrechas, que adoptan diferentes colores. Cada color se corresponde con una longitud de onda de emisión y asocia una serie específica de beneficios.
 
 
En el Dossier Técnico dedicado al láser, la luz pulsada intensa y la luz LED partimos de la descripción genral y los parámetros de aplicación de cada una de estas fototecnologías, para, seguidamente, adentrarnos en las mejoras más recientes en el uso de la energía termodinámica, como los equipos láser de emisión multi-onda, el desarrollo de la tecnología multi-pulso, la emisión en nanosegundos y picosegundos, la aparición de los IPL de banda ancha... Y de la teoría pasamos a la práctica con una selección de los dispositivos más eficaces y seguros en tecnología láser, IPL y LED.
 
 
 
 

Lee el Dossier Ténico LÁSER-IPL-LED: FOTOTERAPIAS DE ALTO RENDIMIENTO

en la edición enero-febrero de NUEVA ESTÉTICA.

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