La luz LED es una energía electromagnética que se emite a través de lámparas de diodo, un material que transmite la luz en bandas muy estrechas, que la hacen visible en haces de colores muy puros. Se trata, además de una fuente de luz atérmica, es decir, no desprende calor por lo que no provoca la mas mínima molestia en la piel. En función de la longitud de onda de emisión, la luz LED adquiere diferentes colores y alcanza diferentes estratos cutáneos, donde incide sobre las estructuras celulares, desencadenando lo que se conoce estimulación celular fotodinámica. Dalia Durán, responsable de formación de IR GROUP, nos habla de las características de esta energía lumínica, sus beneficios en la piel y del avance más reciente en su aplicación. Lo primero que nos cuenta es que las cualidades de la luz LED para impulsar las funciones fisiológicas de la piel fueron descubiertas por científicos de la NASA cuando investigaban cómo curar las heridas de los astronautas. A partir de aquí, las firmas fabricantes de aparatología pusieron en marcha sus departamentos I+D para llevar esta tecnología a la estética y a la medicina estética. De ahí nacieron las lámparas LED que transmiten la luz a través de paneles de diodo, y más recientemente las máscaras, unos dispositivos en forma de máscara y de material rígido recubiertos en su interior de un film luminiscente las salidas de la luz. La profesional elige la longitud de onda en función de la alteración que quiera tratar a través de un mando. Se pueden combinar diferentes longitudes y se puede extender previamente sobre la piel una mascarilla cosmética para aprovechar el poder de los LED´s para potenciar al absorción de los principios activos.