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ERRORES COMUNES AL APLICAR PROTECTOR SOLAR
El cáncer de piel sigue aumentando en España, pero la mayoría de personas continúa cometiendo errores básicos al aplicarse el protector solar, según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Mar Santamaria, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, desmonta siete creencias erróneas que pueden comprometer la salud de la piel durante el verano.
Es una realidad que, con la llegada del buen tiempo, pasamos más horas al aire libre, pero no siempre lo hacemos con los cuidados necesarios. Aunque el 94% de la población reconoce el riesgo del cáncer de piel, solo un 65% emplea filtros solares de factor 50 o superior, y hasta un 62% admite no reaplicarlo con la frecuencia recomendada, según datos del Observatorio Nacional de Fotoprotección de España y estudios recopilados por la AEDV.
La brecha entre conciencia y práctica tiene consecuencias graves. Se diagnosticaron cerca de 21.000 casos de cáncer de piel en España, incluyendo melanomas y carcinomas, una cifra que ha crecido un 40% en los últimos cuatro años, según la AEDV. Además, se confirmaron 7.881 nuevos casos de melanoma, con una incidencia de 15 por cada 100.000 habitantes, según SEOM y Redecan.
Esta desconexión entre saber y aplicar prácticas saludables deja la piel expuesta a daños evitables, envejecimiento prematuro e hiperpigmentación. Por eso, Mar Santamaria desmiente los siete errores más comunes, desde percepciones sobre textura hasta confusiones con la vitamina D, y ofrece recomendaciones clave para proteger mejor la piel en la época más calurosa del año (y durante todo el año).
Verdades y mentiras sobre el protector solar: desmontando 7 creencias peligrosas
- Los protectores solares tienen texturas pesadas y aplicarlos es aburrido: Hoy existen texturas acuosas, fluidas y ultraligeras. En forma de bruma, mousse o stick invisible. Con propiedades termorreguladoras, acabado matificante, aterciopelado, invisible o glowy. En formatos spray o tamaño bolsillo. La variedad de opciones es tal que ya no puede decirse que la fotoprotección tópica es pesada o aburrida.
- Cuando me aplico un protector solar tópico no sintetizo vitamina D: Ningún fotoprotector bloquea al 100% la radiación solar. Aun usándolo, seguimos sintetizando vitamina D en la dermis. Basta con exponer una parte del cuerpo sin protección durante unos 10-15 minutos. Conviene evitar que sea el rostro, donde el fotoenvejecimiento es más visible y la síntesis de vitamina D, menos eficaz. El verdadero problema es la sobreexposición. En caso necesario, puede valorarse la suplementación oral.
- Utilizo el fotoprotector antes de salir de casa y ya me sirve para todo el día: Aplicar una capa generosa antes de salir, en cantidad adecuada y bien distribuida, es esencial. Pero, con el paso de las horas y la exposición continuada, los filtros pierden efectividad. Para mantener la protección (por ejemplo, FPS50+), hay que reaplicar cada 2 horas, especialmente tras sudar o bañarse.
- Un protector solar facial con color protege menos que los que no tienen color: Suele ser al contrario: los pigmentos que unifican el tono refuerzan la protección física, sobre todo frente a la radiación UVA. El problema es que, al llevar color, se aplica menos cantidad por miedo al efecto máscara. La solución: usar primero un fotoprotector sin color y luego uno con color en menor cantidad. Doble protección y acabado natural.
- Como tengo el protector solar abierto de hace un año, lo tiro a la basura: Es importante respetar el símbolo PAO (el tarro abierto con un número de meses), especialmente en fotoprotectores. Pero no se trata de desecharlos automáticamente. Se recomienda seguir usándolos tras el verano como protección diaria o en actividades al aire libre. Si hay exceso de producto, se puede compartir con personas que también lo necesiten durante todo el año.
- A la piel con acné el sol le sienta bien: Es un mito. La piel con acné es inflamatoria. El daño solar no la calma: al contrario, incrementa los radicales libres, la inflamación y el riesgo de hiperpigmentación. Además, muchos tratamientos dermatológicos hacen que la piel sea aún más sensible al sol. Toda piel con patología es más vulnerable a la exposición solar.
- Fotoprotegerse solo equivale a utilizar protector solar tópico: La fotoprotección es un hábito global. Va más allá de aplicar crema. Implica evitar las horas centrales del día, permanecer en la sombra (fotoevitación), usar ropa y complementos adecuados (sombreros, gafas de sol...), y considerar nutricosméticos solares con efecto antioxidante. Es la suma de gestos lo que permite una exposición responsable y saludable.
En un contexto en el que el cáncer de piel sigue aumentando, protegerse del sol no es una opción, sino una necesidad. Cuidar la piel implica conocimiento, constancia y hábitos informados. Desmontar mitos es el primer paso para cuidar de verdad el órgano más grande del cuerpo. Hoy, fotoprotegerse es más sencillo, más cómodo y más importante que nunca.