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EL USO DE CONSERVANTES EN COSMÉTICA ES SEGURO Y NECESARIO
Por Nueva Estética
Según la Dra. Inés Escandell, dermatóloga del Grupo de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) de la AEDV, es fundamental entender que si un ingrediente está permitido en cosmética es porque cuenta con estudios de seguridad que avalan su uso. En referencia a este tema, la doctora nos aclara algunas dudas sobre el uso de parabenos y también nos habla de los sulfatos y siliconas.
La función de los conservantes en cosmética
Los conservantes desempeñan un papel clave en la seguridad de los productos cosméticos. "El uso de conservantes es esencial en la mayoría de las fórmulas cosméticas, especialmente en aquellas que contienen agua. Su función principal es prevenir el crecimiento de microorganismos patógenos en el producto", explica la Dra. Escandell. Sin ellos, los cosméticos tendrían una vida útil muy corta y podrían implicar riesgos para la salud, como infecciones cutáneas.
Además, insiste en lo siguiente, “un conservante no es malo por ser químico. No existe nada inherentemente negativo en los compuestos químicos; cada uno tiene propiedades y funciones específicas. Cuando hablamos de productos químicos, hablamos de cualquier materia: desde el metilparabeno hasta el agua o el aceite esencial de lavanda, todos son químicos. El riesgo asociado a cualquier sustancia química depende de la cantidad o el nivel de exposición. En dosis elevadas, es posible que prácticamente cualquier producto produzca efectos negativos, pero en cantidades bajas, los efectos adversos suelen ser mínimos y, en la gran mayoría de los productos que empleamos actualmente en cosmética los beneficios superan a los posibles riesgos”.
Asimismo, subraya que “un cosmético es una mezcla de productos químicos, que pueden ser naturales (como al mezclar agua y bentonita para hacer una mascarilla de arcilla) o sintéticos (al combinar agua con glicerina, emulsionantes y conservantes para elaborar un producto hidratante). En esencia, la cosmética es química. existen muchos productos sintéticos, y la gran mayoría están sujetos a una regulación estricta que garantiza su seguridad."
Parabenos: qué son y por qué se utilizan
“Los parabenos son un grupo amplio de compuestos que se han utilizado durante años en cosmética, ya que son muy eficaces a la hora de inhibir el crecimiento de bacterias y otros microorganismos, incluso a bajas concentraciones. Por lo general, son seguros desde el punto de vista de alergia o irritación (la alergia a los parabenos es mucho menos frecuente en comparación con otros conservantes); y además, son relativamente asequibles. Estas propiedades han hecho que, durante muchas décadas, los parabenos hayan sido uno de los grupos de conservantes más utilizados y estudiados”, afirma la doctora. Y aclara lo siguiente “Actualmente en la comunidad Europea solo está permitido el uso de cuatro parabenos: Metilparabeno (Methylparaben), Etilparabeno (ethylparaben), propilparabeno (propylparaben) y butilparabeno (butylparaben). En términos de eficacia antimicrobiana, probablemente el metilparabeno sea el más eficaz a menor concentración”. La regulación en cuanto a la cantidad de parabenos permitidos en una fórmula es estricta y se ha propuesto en base a los estudios de seguridad. La cantidad de metilparabeno o etilparabeno no puede superar el 0,8% del total de la fórmula, y el propilparabeno y butilparabeno se pueden utilizar en concentraciones de hasta el 0,14%. En caso de que una fórmula contenga distintos parabenos, la suma no puede exceder el 1%”, según la Dra. Inés Escandell.
"Pese a que el uso de los parabenos ha disminuido, probablemente por la influencia de la opinión de los consumidores y las regulaciones recientes, se siguen usando en cosméticos faciales (cremas, lociones hidratantes…), en maquillajes (generalmente bases de maquillaje líquidas, máscaras de pestañas), productos de higiene (gel de ducha, loción corporal, desodorante…) y productos capilares (champú, acondicionador…)”.
Los sulfatos no son necesariamente agresivos
“Los sulfatos son tensioactivos aniónicos (carga negativa) que se utilizan en productos de higiene, especialmente champús. Los productos con sulfatos van a retirar muy bien los restos de sebo y detritus del cuero cabelludo, ayudando a mantener una higiene adecuada del cuero cabelludo, pero su mala prensa viene porque muchos sulfatos pueden dañar levemente la fibra capilar (especialmente en cabellos tratados) al ser algo más agresivos. No obstante, hay una gran cantidad de sulfatos distintos, y el porcentaje en la fórmula y su combinación con otros ingredientes va a determinar el que un producto tenga más o menos detergencia y que dañe más o menos la fibra. Por ello, ver la palabra “sulphate” en el INCI de un champú no va asociado necesariamente a que se trate de un producto agresivo para la fibra.”
Hablemos de las siliconas...
Las siliconas tienen múltiples funciones, en productos faciales, corporales y capilares actúan como hidratantes y acondicionadoras, mejorando la suavidad de la piel y del cabello. La mala prensa de las siliconas, en gran medida impulsada por las redes sociales, se debe a algunas preocupaciones como:
- Acumulación en la fibra capilar (“build-up”): Algunas siliconas insolubles en agua pueden acumularse, lo que se traduce en un cabello más pesado y con menos brillo.
- Impacto ambiental: Ciertas siliconas, especialmente las no biodegradables, pueden tener efectos negativos en el medio ambiente.
El término “siliconas” abarca una amplia gama de compuestos con características distintas. Por lo tanto, no todas presentan los mismos inconvenientes ni son perjudiciales.
Disruptores endocrinos y regulación cosmética
“La cosmética puede contener ingredientes con efecto de disrupción endocrina, aunque probablemente a las dosis permitidas no tenga efectos muy relevantes con la información de la que disponemos actualmente. Además, la cosmética no representa la principal fuente de exposición a disruptores endocrinos para la población”
La estrategia del miedo en la cosmética
Existe un tipo de marketing basado en el miedo, aunque no siempre es fácil de identificar. Es importante recordar que en el ámbito cosmético contamos con entidades reguladoras encargadas de evaluar la seguridad de los productos. Por lo tanto, si ciertos ingredientes están permitidos en cosmética, es porque, según la evidencia disponible, se consideran seguros.
Cuando encontramos afirmaciones en los envases como "sin parabenos", "sin sulfatos" o "sin siliconas", se está utilizando una estrategia que busca generar temor en los consumidores hacia otros productos que no incluyen estos reclamos. Esto puede llevar a la falsa percepción de que los cosméticos con estas etiquetas son más seguros.
Además, si una marca enfatiza un mensaje negativo sobre un ingrediente aprobado por la legislación, es probable que esté promoviendo productos con otros componentes de funciones similares. De este modo, intenta generar miedo para desincentivar la compra de alternativas de la competencia, lo que resulta engañoso.
Es crucial contrastar la información publicitaria con el conocimiento de profesionales del sector, como químicos, formuladores, dermatólogos y farmacéuticos, para evitar caer en creencias erróneas impulsadas únicamente por estrategias de venta. Por último, es importante recordar que el dermatólogo es el especialista médico indicado para el cuidado de la salud y la belleza de la piel.