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EL CALOR Y LA INFLAMACIÓN CRÓNICA: CLAVES EN EL ENVEJECIMIENTO PREMATURO
Por Nueva Estética
Con una trayectoria de más de tres décadas en el mundo de la estética avanzada, Yvette Pons ofrece una visión experta sobre los efectos menos visibles, pero profundamente dañinos, del calor en la piel.
El verano llega con luz, calor y momentos de desconexión, pero también con una serie de agresiones que afectan seriamente la salud de la piel. Aunque la radiación solar es ampliamente reconocida como factor de envejecimiento cutáneo, existen otros elementos igual de perjudiciales. Según Yvette Pons, fundadora del Yvette Pons Institut Sublim y creadora de métodos como Sulyfth®, Yv-Lyfth® e Inflammassaging®, “el calor excesivo y la inflamación crónica no visible son enemigos silenciosos que desequilibran la homeostasis de la piel y aceleran su deterioro”.
Uno de los factores más nocivos es el aumento mantenido de la temperatura corporal, que no solo favorece la deshidratación, sino que también activa procesos biológicos altamente destructivos. Estudios como el publicado en Actas Dermo-Sifiliográficas confirman que las metaloproteinasas (enzimas que degradan colágeno y elastina) se activan con el calor extremo. Esto, junto al estrés oxidativo derivado de la exposición solar, crea un entorno ideal para la pérdida de firmeza y elasticidad.
Yvette Pons advierte que “la inflamación cutánea no siempre presenta síntomas visibles como enrojecimiento o irritación. Su acción es profunda, constante y silenciosa, lo que la convierte en uno de los grandes desafíos dentro de la estética avanzada”. Esta inflamación crónica latente propicia la oxidación celular y acelera la aparición de signos como flacidez, piel sensible o apagada.
El papel de la temperatura corporal en el deterioro cutáneo
Para la profesional, recuperar el equilibrio térmico de la piel es clave. A través de sus terapias de autor, ha diseñado protocolos específicos que incluyen técnicas manuales de enfriamiento controlado y masajes que buscan disminuir la temperatura superficial, estimular la microcirculación y fortalecer la función barrera de la piel. “La regulación térmica cutánea es esencial para prevenir el envejecimiento prematuro. Por eso, nuestros tratamientos tienen como objetivo no solo embellecer, sino también restaurar el equilibrio interno del organismo”, asegura.
Estas técnicas se complementan con cosméticos que contienen ingredientes calmantes y antiinflamatorios, diseñados para contrarrestar los efectos del exceso de calor y favorecer la recuperación de la piel desde el interior. Como afirma Pons, “la piel refleja el estado interno del cuerpo. Si trabajamos respetando su fisiología, los resultados son más profundos y duraderos”.
Estrategias para una piel fuerte y equilibrada
El verano no tiene por qué suponer un riesgo para la piel si se siguen las estrategias adecuadas. El enfoque de Yvette Pons se basa en tres pilares esenciales: diagnóstico individualizado, tratamientos hechos a medida y cosmética altamente eficaz. Gracias a su método ROSTROLOG-YP®, es posible realizar un estudio estructural completo del rostro que permite adaptar cada tratamiento a las necesidades específicas de cada persona.
“Cada piel tiene un lenguaje único. Comprenderlo es clave para obtener resultados reales. La observación, el tacto y la intuición son parte de nuestro diagnóstico holístico”, explica ella, quien lleva más de 30 años dedicándose al bienestar integral desde una perspectiva científica y humana.
Entre los activos que recomienda, destacan la niacinamida, los extractos botánicos calmantes y los ingredientes reparadores que fortalecen la barrera cutánea y previenen el daño oxidativo. Además, defiende la inclusión de rituales estéticos que favorezcan la oxigenación de la piel y su regulación térmica, elementos fundamentales en la estética avanzada actual.