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AYUNO INTERMITENTE

Por Nueva Estética

Últimamente se está oyendo mucho hablar del ayuno intermitente. y aunque este concepto no es una novedad, porque ya se ponía en práctica en antiguas culturas, sí es cierto que parece estar más en auge que nunca. El ayuno intermitente puede ser una alternativa efectiva para mejorar nuestra salud, pero siempre ha de realizarse bajo supervisión médica. Para que sus resultados sean evidentes se debe incluir en nuestro día a día, y el ayuno debe mantenerse, como mínimo, durante 12h. Dra. María Amaro. Directora Clínica Método Amaro.

 



Si atendiéramos al número de búsquedas en Google sobre el término “ayuno intermitente” podría parecer una nueva moda, ya que, desde 2010, los rastreos han aumentado en casi un 10.000%. Sin embargo, lo más correcto sería hablar de un ‘redescubrimiento’, pues el ayuno intermitente no es nada nuevo. Diversas culturas lo vienen realizando desde la antigüedad. La razón de esta vuelta a la práctica viene dada por la necesidad de encontrar nuevas vías que nos permitan mejorar, en términos de salud y de pérdida de peso, gracias a los beneficios asociados al ayuno. 
 
Éste no consiste en dejar de comer, sino en comer en intervalos de tiempo más específicos. Por ejemplo, establecer intervalos de 12 horas donde se organicen las comidas y 12 horas donde se ayune, aunque algunos expertos proponen una ventana de ayuno de 16 horas y realizar las tomas en las 8 horas restantes. Existen muchas formas diferentes de practicar el ayuno intermitente, pero algo que tienen en común todos los tipos de ayuno es que la abstención de alimentos va más allá de no comer durante la noche. Los ayunos terapéuticos se pueden hacer por días completos o realizar ayunos a ciertas horas del día. En el caso concreto del ayuno intermitente consiste en dividir el día en dos periodos, uno en el que comes y otro en el que no. Está permitido beber líquidos como agua, café o té durante todo el día.
 
Conviene aclarar que el ayuno intermitente debe realizarse bajo supervisión profesional. Asimismo, el concepto de ayuno intermitente puede interpretarse como algo más que dejar de comer para perder peso. Resulta muy interesante experimentar con la sensación de hambre en un entorno controlado como pueda ser un ayuno corto. Poner nuestro cuerpo a prueba, conocer y encontrarnos (siempre de una forma controlada y supervisada) con la sensación del hambre, observándola y aceptándola desde una decisión consciente. Practicar ayuno intermitente puede incluirse de forma positiva dentro de otras propuestas que implican salir de la zona de confort y generar estímulos distintos e incluso incómodos que favorezcan procesos de adaptación positiva que nos hagan mejorar en general y, por supuesto, también en nuestro estado de salud: duchas frío/caliente; ejercicio de alta intensidad seguido de intervalos de descanso; caminar no siguiendo las mismas rutas a diario; incluir variedad en nuestra alimentación, etc.
 
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