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ADIÓS A LAS DIETAS Y SÍ A COMER DE FORMA INTUITIVA
Por Nueva Estética
Este plan de alimentación supone algo así como una reconciliación con la comida. para cumplirlo hay que dejar de lado las dietas y confiar en la sabiduría del organismo para encontrar su propio equilibrio y regular el peso de manera natural. El objetivo es volver a reactivar el metabolismo sin la necesidad de pasar hambre, abandonar las restricciones y permitirse los caprichos de vez en cuando… en definitiva, comer de todo y sentirse bien con uno mismo. ¡Esa es la clave! CAROLINE DOONER. Profesora de yoya y autora del libro “Al diablo con las dietas”
Este programa de alimentación no propone el seguimiento de una dieta, sino todo lo contrario, supone una nueva manera de pensar y de entender la comida. Para ello es importante desaprender todo lo aprendido y recuperar la relación sana y normal con los alimentos, así nos lo cuenta Caroline Dooner en su libro “Al diablo con las dietas” (editorial Urano). Según este plan, el antídoto contra el hambre incontrolada es volver a comer. Las restricciones y las dietas producen una adicción a la comida que no se puede solucionar con más dietas y más restricciones. Estamos hechos de tal modo, fisiológicamente y psicológicamente hablando, que vivimos angustiados por la comida cuando el cuerpo intuye que no tenemos a nuestra disposición una cantidad suficiente. Es una reacción química y hormonal, y no hay forma de eludirla.
Este artículo es una respuesta feminista a la cultura de la dieta. Comer de todo es lo único que cura la obsesión por la comida y la necesidad de darse atracones. Una vez que nos damos permiso para comer, la necesidad de atiborrarnos desaparece. La única misión del cuerpo en época de crisis es almacenar nutrientes y combustible en previsión de los días y las semanas que vendrán. Nos cede un poco de energía, pero si no va haber más banquetes, seguirá trabajando a un ritmo metabólico inferior al normal. Si se oscila entre la dieta extrema y el atracón, se pone al cuerpo en continuo estado de crisis.
Comer menos de lo que nos apetece enciende la luz de alarma y pone al cuerpo en guardia, cambia la química hormonal y del cerebro, el metabolismo se lentifica y nos volvemos biológicamente obsesionados por la comida y conserva nuestro peso. En realidad, esta fijación mental está causada por la restricción física.
La obsesión por la comida y la tendencia al atracón aparecen porque el cuerpo quiere acabar con la dieta/carestía para seguir viviendo. Si confiamos en la comida que el cuerpo nos obliga a comer después de un periodo de hambre natural y nos recuperamos, todo vuelve a la normalidad de manera natural. Nuestro cuerpo sabe lo que se hace, tardará unas semanas o unos meses, pero el apetito, el metabolismo y el peso se estabilizarán, al final.
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