SUSCRÍBETE

8 Revistas      

%title

ULTRASONIDOS & CAVITACIÓN: BYE-BYE MICHELINES

Por Nueva Estética

Los ultrasonidos y la cavitación son terapias basadas en la emisión de ondas acústicas, que actúan en el tejido graso subcutáneo, rompiendo el adipocito y promoviendo la liberación y posterior eliminación de su contenido. 

 


Ondas de frecuencia modulada

Tanto los ultrasonidos como la cavitación son emisiones de ondas acústicas; la diferencia entre una y otra es que en el caso de los ultrasonidos la frecuencia de emisión es alta, mientras en la cavitación es baja. De hecho se podría utilizar el térmico ultrasonidos para referirse a cualquiera de estas tecnologías; más si tenemos en cuenta que la cavitación no es una tecnología en sí misma, sino el fenómeno que se produce como resultado de la propagación de estas ondas sonoras a baja frecuencia. El fundamento de acción en los ultrasonidos y en la cavitación es el mismo: la conducción de las ondas hasta el tejido graso logra la destrucción de las células grasas y con ello la desaparición de los acúmulos adiposos en áreas localizadas. Las variaciones en la frecuencia de emisión han permitido, eso sí, ciertas especificaciones, como la hidroplastia ultrasónica o los ultrasonidos focalizados HIFU, lo último de lo último, que se presenta a través de una nueva generación de equipos, que doblan eficacia y precisión. 
 
ULTRASONIDOS: que tiemble la grasa 
Las ondas sonoras ultrasónicas generan vibraciones mecánicas que se miden en herzios (Hz.). Esta unidad de medida corresponde al número de vibraciones transmitidas en 1 segundo; de modo que 1 Hz. corresponde a 1 vibración por segundo, 1 kiloherzio a 1.000 vibraciones por segundo, y así sucesivamente. Dependiendo de la longitud de onda a la que se propagan estas ondas sonoras (entre 1 y 3MHz), hablamos de ultrasonidos de baja o alta frecuencia. Cuanto más elevada es dicha frecuencia, menor es la capacidad de penetración de los ultrasonidos (US) en el tejido. Los equipos empleados en estética y medicina estética transmiten esta energía a través de manípulos o cabezales que se deslizan sobre la zona en la que se localiza el excedente adiposo, aplicando previamente un gel, que actúa como sustancia vehiculizante, y que se encarga de conducir las vibraciones acústicas hasta el tejido adiposo, donde actúan destruyendo los adipocitos. Estas tecnologías poseen la capacidad de intervenir en el metabolismo de las células grasas y más concretamente en la enzima encargada de transformar los triglicéridos en ácidos grasos esenciales, para que el organismo los emplee como reserva energética o bien los elimine a través de los sistemas urinario y linfático. Este proceso, además, tiene lugar en el estrato graso, sin que resulten dañados los tejido adyacentes, de modo que estamos ante un tratamiento no invasivo, que no provoca molestia durante su aplicación. 
 
Triple acción ultrasónica
La eficacia de la cavitación y los ultrasonidos responde a un triple mecanismo de acción-reacción:
Mecánico La emisión del sonido en forma de ondas genera presiones y descompresiones que producen un movimiento oscilatorio en el tejido subcutáneo. Este vaivén se traduce en un micromasaje que hace que aumente la permeabilidad de las membranas celulares, hasta el punto que se producen micro-roturas a través de las que migra el contenido graso. Este efecto mecánico, a su vez favorece la movilidad de los líquidos de desecho estancados en el tejido, lo que deriva en una estimulación, celular, tisular y circulatoria, con la consiguiente tonificación del tejido cutáneo y la reducción de acúmulos grasos y celulitis. 
Por otra parte, este efecto mecánico de masaje vibratorio explica que los ultrasonidos tengan la capacidad de potenciar el transporte de activos cosméticos hasta los estratos cutáneos más profundos, a través de la técnica de sonoforesis, una de las variantes de la mesoterapia virtual.
Térmico El movimiento oscilatorio derivado del efecto mecánico provoca un roce continuado entre las partículas moleculares, que desencadena un aumento de temperatura. Este calor, que se localiza en el tejido adiposo, mejora el trofismo de la zona. Aparte, posee importantes efectos analgésicos, antiinflamatorios y antiespasmódicos, de ahí que los ultrasonidos se empleen también en numerosas terapias de analgesia y rehabilitación. 
Químico-Metabólico El masaje mecánico también es responsable de se dé una reacción química, que hace que la celulitis se ablande, debido a que su textura gelatinosa se hace más líquida, lo que facilita enormemente su eliminación. 
 
Lo último Ultrasonidos HIFU 
máxima potencia y precisión 
Raquel Ríos, gerente de la firma IR Technics nos habla del avance tecnológico más reciente en el empleo de la energía ultrasónica. Se trata de un tipo de ultrasonido focalizado de alta intensidad, denominado HIFU (high-intensity focused ultrasound), con el que se abre camino al desarrollo de una nueva generación de equipos, con los que es posible tratar grados de adiposidad que hasta ahora quedaban fuera del alcance de los ultrasonidos. Este paso adelante plantea un punto de inflexión significativo, que rompe ciertos esquemas preestablecidos respecto a las posibilidades de uso de esta tecnología; tanto es así, que los HIFU están llamados a tener un peso más que específico en un futuro inmediato, dentro de las terapias de remodelado corporal y facial. Se trata de un tipo de ultrasonidos emitidos a alta frecuencia (2MHz.), alta potencia e intensidad también elevada, lo que les permite alcanzar niveles más profundos dentro de la capa grasa subcutánea. Otra de sus características es que en este caso el haz de energía ultrasónica se propaga de manera precisa en dirección a un punto concreto, de ahí que hablemos de ultrasonidos focalizados. Este modo de comportamiento explica que esta nueva generación de ultrasónidos eleven la temperatura en el punto concreto en el que se localiza el nódulo graso. Este rápido calentamiento originado por la fricción propicia que en un lapso de tiempo mínimo, de aproximadamente un segundo, la energía ultrasónica consiga romper la estructura de las células de grasa y licuar su contenido. Esta grasa liberada y emulsionada será excretada a través del drenaje linfático. La destrucción del excedente adipocitario se consigue a través de un proceso de necrosis coagulativa, sin que resulten dañados los tejidos circundantes y sin que se vea alterado el metabolismo. Este proceso se traduce en la reducción de la celulitis y el adelgazamiento de la silueta. Dado que el aporte de energía es más elevada, los tiempos de tratamiento son más cortos; en tan solo 15 min. es posible destruir el acúmulo graso; y las sesiones no duran más de 1h. Como sabemos, los ultrasonidos y la cavitación se limitan al tratamiento de los acúmulos de grasa localizada; con la entrada en escena de los ultrasonidos focalizados se amplia el “campo de acción”; eso significa que el tamaño depósito de grasa ya no es un handicap, y que se puede incidir en áreas más amplias. 
Otra ventaja asociada a los ultrasonidos focalizados es que el aumento de temperatura, localiza en el tejido subcutáneo, es responsable de estimular la liberación de nuevo colágeno, promoviendo una evidente mejora de la flacidez cutánea. 
A pesar de tratarse de una tecnología novedosa, ya existen estudios que demuestran que los resultados obtenidos con los ultrasonidos HIFU son mesurables y duraderos. Éstos se muestran pasadas entre 8-12 semanas tras el tratamiento.
 
Cómo actúanSe trata de un tipo de ultrasonidos emitidos a alta frecuencia (2MHz.), alta potencia e intensidad también elevada, lo que les permite alcanzar niveles más profundos dentro de la capa grasa subcutánea. Otra de sus características es que en este caso el haz de energía ultrasónica se propaga de manera precisa en dirección a un punto concreto, de ahí que hablemos de ultrasonidos focalizados. Este modo de comportamiento explica que esta nueva generación de ultrasónidos eleven la temperatura en el punto concreto en el que se localiza el nódulo graso. Este rápido calentamiento originado por la fricción propicia que en un lapso de tiempo mínimo, de aproximadamente un segundo, la energía ultrasónica consiga romper la estructura de las células de grasa y licuar su contenido. Esta grasa liberada y emulsionada será excretada a través del drenaje linfático. La destrucción del excedente adipocitario se consigue a través de un proceso de necrosis coagulativa, sin que resulten dañados los tejidos circundantes y sin que se vea alterado el metabolismo. Este proceso se traduce en la reducción de la celulitis y el adelgazamiento de la silueta. Dado que el aporte de energía es más elevada, los tiempos de tratamiento son más cortos; en tan solo 15 min. es posible destruir el acúmulo graso; y las sesiones no duran más de 1h. 
Como sabemos, los ultrasonidos y la cavitación se limitan al tratamiento de los acúmulos de grasa localizada; con la entrada en escena de los ultrasonidos focalizados se amplia el “campo de acción”; eso significa que el tamaño depósito de grasa ya no es un handicap, y que se puede incidir en áreas más amplias.
Otra ventaja asociada a los ultrasonidos focalizados es que el aumento de temperatura, localiza en el tejido subcutáneo, es responsable de estimular la liberación de nuevo colágeno, promoviendo una evidente mejora de la flacidez cutánea. 
A pesar de tratarse de una tecnología novedosa, ya existen estudios que demuestran que los resultados obtenidos con los ultrasonidos HIFU son mesurables y duraderos. Éstos se muestran pasadas entre 8-12 semanas tras el tratamiento.
Especialista en casos “difíciles” Los HIFU están especialmente dotados para fulminar la grasa más resistente, en muslos, abdomen, flancos y, brazos. Igualmente ofrecen excelentes resultados en la remodelación del óvalo facial.
 
CAVITACIÓN: el fenómeno quema-grasa 
La cavitación no es otra cosa que el fenómeno físico derivado de la aplicación de ultrasonidos a muy baja frecuencia (entre 30-70 KHz.) y a una potencia elevada, que ronda los 5 W/ cm2. Esta reacción se produce siempre que un líquido es sometido a la acción de un ultrasonido, lo suficientemente intenso (20 KHz-10 MHz) para provocar la formación de ondas expansivas (de presión negativa) y ondas compresivas (de presión positiva). Todo ello origina cambios en la distribución iónica y la formación de burbujas de gas disuelto o de vapor, El fenómeno cavitatorio es particularmente destacable en la aplicación de la energía ultrasónica sobre tejidos con importante componente acuoso, como es el caso de la grasa y la celulitis; basta señalar que la velocidad de propagación de los ultrasonidos en el agua es de 1.500 m/seg, mientras que en el tejido graso es de 1.380 m/seg) Este fenómeno es el que explica que al aplicarse sobre las estructuras grasas los adipocitos estallen y se destruya la fibrosis, sin que se produzcan daños en los tejidos adyacentes. 
Un  tratamiento completo de cavitación suele constar de 10 sesiones (1-2 semanales) y 6 -8 de mantenimiento a lo largo del año. Los resultados se observan a partir de La 1ª-3ª sesión, pero hay que tener en cuenta que la grasa destruida en cada sesión no debe superar los
2 l. porque si  la lipólisis conseguida llegará a superar la capacidad de destrucción y detoxicación del organismo, se originaria una situación de estrés inflamatorio e incluso de necrosis de la zona tratada, provocado por el elevado nivel de concentración de ácidos grasos libres en el torrente sanguíneo.
La gran aliada La cavitación es eficaz de todo tipo de celulitis y obesidad localizada, y es toda una campeona en la eliminación de adiposidades resistentes a las dietas. Destacar igualmente que corrige la flacidez y la apariencia externa de la piel de naranja, debido a la normalización de las fibrosis y la mejora de las condiciones hemolinfáticas en la zona tratada. 
 
Hidrolipoclasia ultrasónica: la cavitación “ líquida”
Esta técnica, denominada también adipocitólisis, es una variación de la cavitación basada en el aprovechamiento del fenómeno osmótico que se produce en las células al ser introducidas en un líquido. La hidrolipoclasia ultrasónica consiste en inyectar en el tejido adiposo subcutáneo una solución de suero fisiológico o hipotónico como paso previo a la aplicación de la cavitación. Dicha solución penetra en los adipocitos, que se hinchan, volviéndose extremadamente frágiles. Seguidamente, entran en acción los ultrasonidos de baja frecuencia (1-3 Mz), de manera que al efecto térmico, resultado de la fricción entre las moléculas grasas, se suma el de cavitación, con el que se consigue la desintegración de las moléculas adiposas en el líquido intersticial y su eliminación a través de la circulación sanguínea y linfática. A la hora de realizar esta terapia médico-estética hay que tener presente que para que realmente sea efectiva y la reducción de volumen apreciable, el exceso de grasa no debe ser excesivo, debe presentarse en un área localizada y no debe estar asociado a un problema de sobrepeso.
beneficios Es especialmente eficaz en la eliminación de acúmulos grasos en caderas, abdomen, espalda, muslos…. 
 
 
SONOTERMIA: cavitación + RF  
Jordi Arrufat, director de ventas de Beco Medical, señala que respecto a la cavitación, la teoría está más que clara: se trata del efecto provocado por un sistema de emisión ultrasónica a baja frecuencia, que provoca la formación de ondas de presión en el líquido intersticial, haciendo que se formen burbujas que acaban por implosionar, rompiendo la membrana del adipocito. El contenido graso, contenido en su interior se libera en el medio intersticial, y se elimina tras ser metabolizado. En la práctica, conseguir esta reacción remodelante en el tejido graso exige apostar por aparatología que disponga de un transductor de potencia exclusivo para cavitación. Con el respaldo de la tecnología especializada se obtienen excelentes resultados, siempre, eso sí, que el acúmulo graso esté localizado; la cavitación no es una terapia de eliminación de grandes volúmenes. Asimismo, tampoco es eficaz en todos los tipos de grasa, sino únicamente en el tejido graso edematoso. Por su contenido en agua. El líquido es el medio de trasmisión del ultrasonido. En los casos de tejido graso sin agua, fibrosado y compactado esta técnica resulta ineficaz porque disminuye su capacidad de penetración. Ante estas evidencias fisiológicas, se ha desarrollado una alternativa tecnológica: la sonotermia. 
Superando límites La sonoterapia consiste en la emisión simultánea de cavitación y radiofrecuencia. Los efectos de la RF sobre el tejido son de sobra conocidos: aumenta la oxigenación celular, mejora el intercambio de líquidos y nutrientes y estimula las funciones linfáticas de drenaje y circulación sanguínea. Estas características hacen que sea capaz de  generar líquido en el tejido, de manera que si se emite junto a la cavitación, se crea el medio necesario para destruir los acúmulos grasos en cualquier tipo de tejido adiposo, tanto edematoso como fibrosado con total eficacia.