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NANOBLADING: LO ÚLTIMO EN MICROPIGMENTACIÓN DE CEJAS

Por Nueva Estética
Esta nueva técnica permite perfeccionar las técnicas de maquillaje permanente en las cejas, en concreto el microblading. Con el nanoblading los resultados son más naturales y puede realzarse en todo tipo de cejas sea cual sea el grosor del pelo. 
 


La irrupción del microblading hace ahora un par de años ha revolucionado el  maquillaje semipermanente de cejas. En este procedimiento, parecido a la micropigmentación, se empela un dispositivo de metal en forma de pluma, que incorpora una serie de agujas en su punta, a través de las cuales el pigmento se deposita manualmente en la epidermis. Esta técnica da muy buenos resultados, pero tiene dos limitaciones: se recomienda únicamente para pieles de grosor medio y para cejas de pelo grueso y fuerte. Nos lo cuenta Amparo Ortega, técnico especialista en micropigmentación de Slow Life House. Esta experta es también quien nos presenta la solución a estos inconvenientes: se trata del nanobladind, una técnica en que las agujas empleadas poseen un diámetro más fino y el pigmento se introduce a un nivel más superficial. De entrada, esta diferencia impide que el pigmento se deposite a demasiada profundidad, con el riesgo de que se produzca una saturación de color, que éste acabe difuminándose con la piel y que la cicatrización sea más lenta. Pero el verdadero punto de inflexión que el nanoblading plantea frente al microblading es que puede realizarse en cejas de pelo fino y pieles medias.
 
Cómo se hace
Liminar perfectamente la zona y realizar una prueba de alergia.
Estudiar la forma de la ceja y del conjunto de las facciones, para decidir cómo mejorar su forma. 
Es importante elegir el pigmento con el color exacto. Para ello hay que tener en cuenta el subtono de la piel, es decir, los matices que subyacen en su superficie (tonos amarillos, rojizos, azulados, grises, rosados…).
El procedimiento se realiza dibujando la nueva forma de la ceja, pelo a pelo. Es una técnica que exige precisión y destreza, y que dura aproximadamente dos horas y media. Las sesiones de mantenimiento finalizan en una hora. 
A los siete días finaliza el proceso de cicatrización. Durante este tiempo es muy importante extremar la higiene en la zona,  limpiarla con suero fisiológico y no maquillarla. Asimismo hay que evitar el sol y las cabinas de bronceado artificial.
Los resultados duran entre tres y seis meses, dependiendo del tipo de piel.