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GUÍA PARA DISFRUTAR DEL VERANO Y DEL SOL

Por Nueva Estética
Las vacaciones están a la vuelta de la esquina. Nos esperan días de descanso en la playa, el campo, la ciudad, la piscina… Días intensos de sol, del que hay que saber protegerse, para que la piel no lo pague a la vuelta.
 


La sobrexposición solar sin las debidas precauciones causa quemaduras, fotoenvejecimiento, y lo que es más grave, cáncer de piel. Según la Academia Española de Dermatología en España se diagnostican cada año alrededor de 4.000 nuevos casos de melanoma, por lo tanto hay que protegerse, si queremos lucir un bronceado bonito, duradero y saludable. 
El Dr. Josep González Castro, dermatólogo y Director de IDERMA nos aconseja cómo elegir y cómo apilar el protector solar. Lo primero que señala es que el bronceador debe incorporar protección de amplio espectro, para que actúe de pantalla frente a las radiaciones ultravioletas B (UVB) y A (UVA). La nueva generación de fotoprotectores incluye también protección frente a los rayos infrarrojos-A (IR-A) y la luz visible (HEvis). 
También es básico conocer el factor de protección solar que necesita cada piel: este dato aparece en le envase con las siglas FPS o SPF, y se refiere al número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural frente al enrojecimiento previo a la quemadura. Es decir, si por ejemplo una piel enrojece a los 10 minutos de estar al sol, con un filtro solar factor 10 estaría protegida 100 minutos. 
Otra cuestión importante es la textura del bronceador, que también se elegirá según el tipo de piel. En pieles acneicas es imprescindible que no contengan aceites ni sean comodogénicos, para las secas lo mejor son texturas en crema o lociones, y en las grasas geles o sprays. Para los niños y si la piel es intolerante es mejor utilizar productos que no contengan filtros químicos. Y lo último: es bueno que la fórmula sea resistente al agua, pero ello no significa que no deba repetirse la aplicación cada cierto tiempo.